Historia del Machu Picchu

Perú es un país ubicado en la parte occidental de América del Sur, este país tiene una herencia cultural super extensa, reflejada en todos los aspectos, en una entrada al blog anterior ya os explicamos algunas leyendas que envuelven a este país.

Y hoy os hablamos de uno de los destinos turísticos más icónicos del mundo, considerada una de las ‘7 nuevas maravillas’.

Evidentemente, hablamos de Machu Picchu.

Os contaremos un poco la historia de este antiguo sitio arqueológico inca, para que puedas saber un poco más si eliges Perú como destino para vivir tu experiencia de voluntariado.

Además de ser una maravilla arquitectónica, es un ejemplo emblemático de la adaptabilidad de los incas a su entorno. La elección del lugar no fue casual; los incas seleccionaron una ubicación estratégica en una región de difícil acceso, rodeada por el río Urubamba y protegida por montañas empinadas. Este aislamiento natural fue clave para que Machu Picchu permaneciera relativamente intacta durante la conquista española, ya que nunca fue descubierta por los conquistadores.

Está situado en la región montañosa de los Andes y fue construido en el siglo XV bajo el mandato del emperador inca Pachacútec, Machu Picchu es un testimonio del ingenio y la sofisticación de la civilización inca.

La construcción de Machu Picchu es un testimonio del dominio inca en ingeniería civil y arquitectura. Los incas emplearon una técnica de construcción llamada *ashlar*, en la que las piedras se cortan de manera precisa para que encajen sin necesidad de mortero. Esta técnica no solo le dio a Machu Picchu una notable resistencia a los terremotos, comunes en la región, sino que también demuestra un profundo conocimiento de la estabilidad estructural y la manipulación de materiales naturales. Fue construida a más de 2,400 metros sobre el nivel del mar, en una cresta entre las montañas Machu Picchu y Huayna Picchu. La ciudadela fue diseñada con una precisión asombrosa.

Además, la ciudadela está llena de complejos sistemas de terrazas y canales de agua que demostraron la habilidad inca en la gestión de recursos naturales. Las terrazas no solo servían para la agricultura, sino que también ayudaban a controlar la erosión y manejar el agua de lluvia, lo cual era crucial en la empinada topografía del lugar.

Aunque el propósito exacto de Machu Picchu sigue siendo debatido, la disposición de sus estructuras sugiere que cumplía múltiples funciones. Se divide en dos sectores principales: el sector agrícola, con sus vastas terrazas, y el sector urbano, que incluye plazas, templos, residencias y almacenes. Algunos creen que pudo haber sido una finca de descanso para el emperador.

Dentro del sector urbano, algunos de los edificios más destacados incluyen el Templo del Sol, el Intihuatana y la Sala de los Tres Ventanas. El Intihuatana, una piedra ritual que se cree funcionaba como un reloj solar o calendario astronómico, es particularmente interesante ya que refleja el profundo conocimiento inca de los ciclos solares y su conexión con la agricultura y la espiritualidad.

El redescubrimiento de Machu Picchu en 1911 por Hiram Bingham despertó un interés global en la civilización inca y el sitio rápidamente se convirtió en un símbolo de la herencia cultural de Perú. Sin embargo, este redescubrimiento también planteó cuestiones sobre la preservación y la propiedad cultural. Durante años, los objetos y artefactos que Bingham extrajo de Machu Picchu fueron objeto de disputas entre Perú y la Universidad de Yale, lo que culminó en su devolución parcial en 2011.

Hoy en día, Machu Picchu enfrenta desafíos relacionados con la conservación debido al impacto del turismo masivo y los riesgos naturales como deslizamientos de tierra y la erosión. Las autoridades peruanas han implementado medidas para proteger el sitio, incluyendo límites al número de visitantes diarios y rutas controladas dentro de la ciudadela.

Para muchos peruanos y para los pueblos indígenas de los Andes, Machu Picchu sigue siendo un lugar sagrado, lleno de significado espiritual. La ciudadela es vista como un símbolo de la resistencia y la continuidad de las tradiciones andinas, así como una fuente de orgullo nacional. Además, su designación como una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo en 2007 ha solidificado su estatus como uno de los destinos turísticos más importantes del planeta, atrayendo a personas de todo el mundo que buscan conectar con la rica historia y la mística que rodea a este sitio ancestral.

Hoy en día, Machu Picchu también es un símbolo nacional de Perú y un sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Atrae a millones de visitantes cada año.

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