Tailandia un país del Sudeste asiático, famoso por la cantidad de personas que recibe durante todo el año atraídos por su historia, vibrante cultura, paisajes impresionantes y su vida nocturna. Este país también conocido como el ‘País de las Sonrisas’ combina la modernidad con tradiciones milenarias.
Limita al norte con Myanmar y Laos, al este con Laos y Camboya, al sur con Malasia y al oeste con el mar de Andamán.
En este destino son diferentes los proyectos en los que podrás participar durante tu experiencia de voluntariado; cuidado de niños y niñas, de deportes, enseñanza en inglés y enseñanza de inglés en monasterios, informática y de necesidades especiales. Todos estos programas se ubican en Trat, una provincia costera en la zona más oriental del país a unos 300kms de Bangkok.
Si durante tu experiencia de voluntariado vas a dedicar tiempo libre para conocer este maravilloso destino, son infinitas las actividades que puedes hacer
Hoy os hablaremos de uno de los lugares más emblemáticos del país, Wat Pho: El templo del Buda reclinado.
Wat Pho, oficialmente conocido como Wat Phra Chetuphon Wimon Mangkhalaram Ratchaworamahawihan, es uno de los templos budistas más antiguos, grandes e icónicos de Bangkok, Tailandia. Situado cerca del Gran Palacio, este templo es famoso por albergar una de las estatuas de Buda reclinado más grandes y espectaculares del mundo, lo que lo convierte en un destino imprescindible para los visitantes de la capital tailandesa.
Fue construido antes de la fundación de Bangkok como capital en 1782. El rey Rama I, el fundador de la dinastía Chakri, renovó el templo en el siglo XVIII y lo convirtió en un importante centro religioso. Posteriormente, bajo el reinado de Rama III, se amplió y se incorporaron varias escuelas de enseñanza tradicional, incluyendo medicina y masajes tailandeses.
El complejo del templo cubre 80.000 m2, por eso lo convierte en uno de los más grandes, que se divide en varias secciones con jardines, estufas, pabellones y zonas de meditación.
LUGARES DE INTERÉS
- Buda reclinado: La atracción principal del templo es la estatua gigante del Buda reclinado, que mide 46 metros de largo y 15 metros de altura. Representa a Buda en el nirvana, el estado de paz y liberación espiritual tras su iluminación. La estatua está cubierta de pan de oro y tiene detalles intrincados, como los pies decorados con incrustaciones de nácar que muestran 108 auspiciosas representaciones de Buda.
- La sala de los Chedis Reales: El templo alberga 91 chedis (estructuras en forma de campana) decorados con mosaicos y cerámicas de colores, cuatro de los cuales son especialmente significativos por estar dedicados a los primeros reyes de la dinastía Chakri.
- Centro de medicina tradicional y masajes: Wat Pho es reconocido como el lugar de nacimiento del masaje tradicional tailandés. Aquí se encuentra una escuela de medicina tradicional que ofrece tratamientos y formación en esta antigua técnica. En las paredes del templo, se pueden observar grabados y diagramas que documentan principios de medicina y bienestar tailandeses.
- Arquitectura y arte: El complejo combina elementos arquitectónicos tailandeses y chinos, con pabellones, jardines, esculturas de guerreros chinos y detalles decorativos que reflejan la rica historia cultural del país.
- Estupas: Tiene cuatro grandes estupas dedicadas a los primeros reyes de la dinastía Chakri, decoradas con azulejos de cerámica.
Wat Pho no solo es un lugar religioso, sino también un símbolo de la sabiduría y el aprendizaje en Tailandia. Es considerado un centro nacional de conservación del conocimiento tailandés antiguo y un espacio para reflexionar sobre el equilibrio entre cuerpo y mente.
Contine más de 1.000 imágenes de Buda, la mayor colección de Tailandia, muchas de las cuales fueron traídas de templos abandonados de todo el país.
Dentro del templo los visitantes pueden participar en un ritual en el que se colocan monedas en los 108 cuencos alineados a lo largo del pasillo del Buda reclinado, este acto atrae la buena fortuna y longevidad.
La entrada al templo suele costar unos 200 baths e incluye agua, y como en todos los templos tailandeses se requiere ropa adecuada que cubra hombros y piernas para poder entrar.
Visitar Wat Pho es una experiencia única que permite a los viajeros conectar con la espiritualidad y la cultura tailandesa, mientras admiran su arte y tradición.
Por eso si eliges Tailandia para vivir tu experiencia podrás descubrir todas las joyas que esconde, y disfrutarás de su cultura vibrante.
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