Cada vez son más las personas que apuestan por hacer viajes con impacto significativo en las diferentes comunidades del mundo. En una sociedad donde todo funciona a tanta velocidad, en ocasiones es necesario para y ver lo que está ocurriendo a nuestro alrededor.
En Cooperating Volunteers nos alejamos del mensaje de cambiar el mundo. Hay cosas que no debemos querer, ni podemos cambiar, porque cada país, y cada comunidad existe con sus propias tradiciones, su cultura y su forma de vivir. Pero sí que creemos fielmente que las pequeñas acciones, producen cambios que aportan mejores condiciones de vida, oportunidades, aprendizaje y sobretodo respeto al prójimo. Y siempre trabajamos con equipos locales que nos acogen en su cultura y nos enseñan otra forma de percibir lo que debamos por hecho que no era correcto.
Por eso, esta experiencia va mucho más allá. Esta experiencia habla sobre los derechos humanos y sobre la necesidad de encontrar oportunidades para un futuro lleno de evolución.
La experiencia del voluntariado no solo tiene impacto en las comunidades o causas a las que se dirige, también en las personas que lo realizan. Este impacto puede ser social, personal y económico.
Cuando participamos en un proyecto comunitario, contribuimos directamente en mejorar la calidad de vida de algunas personas, ya que el trabajo en áreas como la educación, la salud y el medio ambiente mejoran las condiciones de las diferentes comunidades. Por ejemplo, algunos de nuestros proyectos se centran en la educación, los participantes imparten clases en diferentes lenguas (inglés, francés, español…) en diferentes centros que no cuentan con los medios para hacerlo. Siempre junto al profesorado local, que conoce el funcionamiento del centro y que nos acompaña durante todo el programa.
La experiencia de voluntariado promueve la solidaridad y la cohesión social, creando lazos más fuertes dentro de las comunidades, rompiendo barreras sociales, culturales y económicas. Las personas de diferentes orígenes, edades y experiencias se unen con un propósito en común, y está demostrado que el trabajo en equipo es siempre más eficiente porque trabajar juntos/as nos permite abordar problemas con mayor resolución. A medida que las personas trabajan juntas, construyen relaciones de confianza y apoyo mutuo. Estas redes de apoyo son cruciales para la resiliencia comunitaria, especialmente en tiempos de crisis o necesidad.
En cuánto a nivel individual, nos permite desarrollar habilidades tanto personales como profesionales, entre ellas; el sentido de la empatía, la comunicación, la organización, el liderazgo, la confianza e incluso el sentirse válido y útil, creando satisfacción emocional, ya que el poder ser parte de diferentes proyectos nos genera un sentido de propósito. Y eso se ve reflejado directamente en nuestra felicidad y el bienestar emocional.
Además es una forma de ampliar nuestros círculos sociales, conociendo a personas nuevas y construyendo redes de contacto que puedes ser beneficiosas en todos los sentidos.
El impacto de vivir una experiencia de voluntariado también se refleja en la economía, por un lado, cuántas más manos colaborativas, menos horas de trabajo y por lo tanto un ahorro en los coste laboral, que a veces es difícil de abarcar para organizaciones sin fines de lucro y proyectos comunitarios.
También, es una estimulación de la economía local. Cuando elegimos un destino para vivir esta experiencia, generamos actividad económica en las comunidades a través del consumo local. Contribuyendo directamente a la autosuficiencia de pequeños locales.
Y por último, esta experiencia es un vehículo crucial para lograr los objetivos de desarrollo sostenible, abordando temas como la pobreza, la igualdad de género, la educación, el cambio climático. Promoviendo siempre la paz, la justicia y la comprensión intercultural.
De hecho cada vez son más los proyectos con los que colaboramos que trabajan directamente sobre estos temas, introduciendo programas para el empoderamiento femenino, creando puestos de trabajo, y llevando a cabo diferentes retos para que las comunidades sean autosuficientes.
En resumen, esta experiencia de voluntariado es una fuerza poderosa para el cambio, con efectos profundos y duraderos en múltiples niveles de la sociedad. Su impacto va más allá de las acciones inmediatas, contribuyendo al desarrollo humano y social a largo plazo.
